$ 0 0 [64, LXIV] Como guarda el avaro su tesoro, guardaba mi dolor. Le quería probar que hay algo eterno a la que eterno me juró su amor. Mas hoy le llamo en vano y oigo al tiempo que le agotó, decir: ¡Ah, barro miserable! ¡Eternamente no podrás ni aun sufrir!